Hoy quiero hablaros de una mascarilla que uso con bastante frecuencia, de la MASCARILLA DE MIEL.
Entre sus múltiples propiedades destaca la de limpiar las impurezas del cutis sin eliminar los aceites grasos de la piel, esto se debe a que protege su manto ácido al tener un pH similar. También es bactericida, antiséptica y anti-microbiana, por lo que nos ayudará contra el acné
Si la usas con regularidad sus vitaminas y enzimas harán que tu piel este más hidratada y nutrida ¡y con menos granos! Sus antioxidantes te protegerán de los daños causados por el sol y por los radicales libres, como las manchitas que nos salen.
Mi consejo es que uses miel orgánica, que no haya sido pasteurizada ni expuesta a calor, puesto que esto hace que pierda todos sus nutrientes y no conseguirás el resultado que buscas. No la uses como desmaquillante, para esto no sirve. Puedes ponerte esta mascarilla todos los días.

Vamos allá! El único ingrediente que necesitas es MIEL, pon en tu mano un poco de miel (la cantidad es como la de una cucharadita de café), para sacarla del bote intenta no usar metal, mejor si es con una cuchara de madera o con tu dedo. Extiéndetela por las manos (si tienes la piel excesivamente grasa, este es el momento de echarle unas gotas de limón). Aplícatela en la cara con un ligero masaje, sin olvidarte del cuello.
No te preocupes si te pringas un poco el pelo, te lo va a dejar más brillante. Déjala reposar de 10 a 15 minutos y ya la puedes retirar con un poco de agua tibia, verás que a pesar de lo pringosa que es, se retira muy fácilmente.
Y a sonreír!!!!!
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